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Cuidando...ANDO: EL LENGUAJE

Las tildes

Los casos de tilde diacrítica (‘que distingue’) vigentes son los siguientes: los pronombre él, tú, mí, sí, “Él volvió en sí, cuando tú me viste a mí”, se tildan para diferenciarlos de los adjetivos el, tu, mi y de la conjunción condicional si, “Si el novio de tu hija es mi ahijado, todo queda en familia”; los adverbios sí, más, “Sí quiero más café”, se tildan para diferenciarlos de la conjunciones si, mas, “Si quiere, venga hoy, mas no muy temprano”. Este último mas equivale a ‘pero’.

 

El sustantivo masculino té, “Prefiero un té verde”, se tilda para distinguirlo del pronombre te, “Te invito al cine”; los verbos dé, sé, “No sé si dé el brazo a torcer”, se tildan para distinguirlos de la preposición de y el pronombre se, “Depende de lo que se presente”; los interrogativos y exclamativos qué, cuál, quién, “Ya se estableció cuál es el monto, quién firma el pagaré y qué garantía se requiere”, para distinguirlos de los relativos que, cual, quien, “Quien firme debe proceder tal cual se prevé en el contrato que leyó”.

 

También se tildan los interrogativos y exclamativos cómo, cuándo, cuánto, cuánta, cuántos, cuántas, quiénes, cuáles, dónde, para distinguirlos de los correspondientes relativos, “Yo sé dónde vive Luisa y cuándo llega”, “Cuando llegue a donde vive, me avisa”, y el adverbio aún (‘todavía’) para distinguirlo de la preposición aun (‘hasta’), “Aún están estudiando todos, aun los más díscolos”.

En 1952 se eliminaron las tildes de fue, dio, vio, fe. Además, el grupo ui pasó a contarse como diptongo, lo que dejó sin tilde palabras como jesuitas, constituido, destruida, construido, fluidas, imbuidos, etc. La norma “Marque la tilde en la i para disolver el diptongo”, aplicable a estas palabras, se derogó hace 63 años.

 

En 1999 se eliminaron las tildes de los monosílabos Sion, guion, truhan, rio, lio, guio. Estos tres últimos corresponden a tercera persona, “Él se rio ayer”, “Ella lo lio el año pasado”, “Natalia los guio en esa época”, y no a primera, “Yo me río de tus chistes”, “Yo lo lío con saliva”, “Yo los guío por el camino”, que deben tildarse por ser hiatos. En el 2010 se eliminó la tilde de la conjunción o entre cifras, “Tienen 4 o 5”; la del adverbio solo, apócope de ‘solamente’, “Juan solo resolvió la mitad”, y las de los pronombres este, ese, aquel y sus femeninos y plurales, “La mía es esta”, “La tuya es esa”, “La de Patricia es aquella”, que no deben confundirse con los verbos está, esté, estás, agudas terminadas en vocal y en vocal más s, “Leticia siempre está donde tú estás, aunque esté molesta”.

Fernando Ávila

Experto en redacción y creación literaria

Tomado de: El tiempo.com

De la letra hache se ha dicho tradicionalmente que es muda, excepto cuando forma con la ce precedente el dígrafo che, en voces como Chapinero / chusco / Chespirito / chichipato. Pues la noticia, mis amigos, es que ahora la hache tiene sonido en algunas palabras.

La hache suena como jota suave en hachís / haikú o haiku / hámster / hándicap / Hawái / hawaiano / Hegel / hegeliano / Helsinki / Hitler / hitleriano / Hong Kong / hongkonés / Honolulú o Honolulu; tiende a sonar como ge suave en huaca / huacal / marihuana / cacahuate, etc., y llega a sonar como la consonante ye en hielo (/yélo/), hiedra (/yédra/), hierro (/yérro/), etc., según dice la Ortografía de la lengua española, 2010, en las página 144 y 146.

Esta letra se usa en palabras de origen latino, escritas con hache en esa lengua, como anhelar / exhibir / hábil / hernia / vehemencia, pero también en palabras del mismo origen escritas como efe; por ejemplo, hacer / harina / hijo, que vienen de las voces latinas facere / farina / filius. La información etimológica resulta útil, si a la hora de escribirlas se relacionan con parientes que han conservado la efe, como factura y fáctico, parientes de hacer; farinácea, pariente de harina; filial, pariente de hijo.

Las palabras que empezaban con ue- llevaban hache como señal gráfica para que la vocal u no se confundiera con la consonante uve (v), pues las dos se escribían igual. Así se hacía con hueso, escrita antiguamente veso y pronunciada /béso/. A esa razón corresponden las haches iniciales de hueco / huevo / huérfano / huerto / huella, etc.

Hay también hache en palabras de origen francés, hotel / higiene / halar; inglés, hamburguesa / hipnotismo / hurra; americano (lenguas nativas), hamaca / huracán / bahareque, y árabe, alcohol / alhaja / alharaca / alhelí / almohada / azahar / harén / hazaña / rehén.

Una buena colección de palabras con hache corresponde a voces de origen griego, como las que comienzan con el prefijo helico-, que significa ‘espiral’, helicóptero / helicoidal; hema-, ‘sangre’, hemorragia / hemoglobina; hetero- (‘distinto’), heterosexual ; hidr-, ‘agua’, hidroeléctrica / hidráulico; hiper-, ‘exceso’, hiperactividad / hipermercado; entre otros.  

La hache

FERNANDO ÁVILA
Experto en redacción y creación literaria

Tomado de: El tiempo.com

Cita: “Contrarreloj en el Congreso para evitar excarcelación masiva”.

Comentario: la palabra contrarreloj designa una competencia generalmente ciclística ‘en la que los participantes salen de uno en uno a intervalos regulares, y se clasifican según el tiempo invertido por cada uno para llegar a la meta’, según explica el Diccionario de la lengua española, DILE, 2014. Puede usarse como sustantivo, “La contrarreloj se correrá en Medellín”, o como adjetivo, “La carrera contrarreloj tiene a Nairo como favorito”.

Como locución adverbial, con la que se indica que algo debe resolverse ‘con mucha prisa o urgencia por disponer de un plazo de tiempo muy corto’, se escribe siempre en dos palabras, contra reloj, según el mismo DILE y el Diccionario panhispánico de dudas, DPD, 2005.

Quilate

Cita: “9 kilos de su peso son en oro de 18 kilates”.

Comentario: la ‘unidad de ley de una aleación de oro’ se llama quilate, con q, y no kilate, con k. Se trata de un error ortográfico bastante común, que conviene evitar en vitrinas de joyerías, insertos de prensa, avisos y, por supuesto, noticias y crónicas, como la de la frase citada, sobre la Lechuga. Quilate también es ‘unidad de peso para perlas y piedras preciosas’ y ‘grado de perfección de cualquier cosa no material’.

Se vuelca

Cita: “y es cuando la camioneta se volca” (Canal Caracol).

Comentario: el verbo volcar se conjuga como contar. Conserva la raíz en volcó (contó), volcaba (contaba), volcará (contará), volcaría (contaría), pero cambia en el presente de indicativo, se vuelca (se cuenta), y en el del subjuntivo, se vuelque (se cuente). La reportera debió decir, entonces, “Y es cuando la camioneta se vuelca”.

Queísmo

Cita: “Llegó la hora que conozcas toda la magia de Argentina” (cuña de Despegar).

Comentario: lo correcto es “llegó la hora de que conozcas toda la magia…”, con la proposición de, que va también en “Llegó la hora de conocer toda la magia…”, versión que nadie escribiría sin de, “Llegó la hora conocer toda la magia…”.

Iglesia

Cita: “Cómo fue su paso por la Iglesia de San Ignacio”.

Comentario: la palabra iglesia de la cita se refiere a un templo situado en la calle 10.ª con carrera 6.ª de Bogotá. En casos como este se escribe con inicial minúscula, iglesia de San Ignacio, pues Iglesia, con inicial mayúscula, es la comunidad de fieles de una religión, Iglesia católica, Iglesia anglicana. 

Contra reloj

FERNANDO ÁVILA
Experto en redacción y creación literaria

Tomado de: El tiempo.com

Citas:

“El músico se refirió al accidente que le lastimó el talón de Aquiles” (Arcadia), “Gaitán y Taborda también se refirieron a Melissa Ortiz, quien no pudo ir al Mundial por una lesión en el talón de Aquiles” (Futbolred).

Comentario:

La leyenda dice que Aquiles era el más hermoso y veloz de los héroes de Troya. Cuando nació, su madre intentó hacerlo inmortal sumergiéndolo en las aguas del río Estigia, pero el talón por el que lo sujetó quedó vulnerable. Aquiles murió en batalla al ser alcanzado en el talón por una flecha envenenada. De ahí la expresión “talón de Aquiles”, que se refiere a la debilidad de una persona, por poderosa que sea.

El Diccionario de la lengua española, DILE, 2014, registra “talón de Aquiles” como ‘punto vulnerable o débil de algo o de alguien’”. Los medios informativos usan la expresión con alguna frecuencia: “Uno de los talones de Aquiles (de Cristina Fernández) es la cuestión económica (40%), aunque con mejoras en la aprobación de su gestión en los últimos meses” (W Radio), “TWD es una buena serie, pero su talón de Aquiles está en sus libretistas” (El Colombiano), “El ego es su talón de Aquiles” (La República).

En cambio, “tendón de Aquiles” es el ‘tendón grueso y fuerte que une el talón con la pantorrilla’, según la edición del 2014 del DILE. En la práctica, el término anatómico y médico, entonces, es “tendón de Aquiles”, mientras que el término metafórico es “talón de Aquiles”.

Las dos expresiones se ven escritas en periódicos y páginas web de diversas maneras por lo que tiene que ver con las mayúsculas, “talón de aquiles”, “tendón de aquiles”, “Tendón de Aquiles”... Las formas correctas son “talón de Aquiles” y “tendón de Aquiles”, con las palabras “talón” y “tendón” en minúsculas, y “Aquiles”, con mayúscula inicial, de manera análoga a como se escribe “manzana de Adán” (‘nuez de la garganta’) o “trompas de Falopio” (‘tubo que recoge los óvulos procedentes del ovario y que los comunica con el útero’).

Décima cuarta

Cita:

“La décimo cuarta edición de Salsa al Parque” (Arcadia).

Comentario:

Las opciones para escribir en letras 14.a son: decimocuarta y décima cuarta.

Juampa

¿Finalmente es Juampa o Janpa?, Marina Gómez.

La Ortografía de la lengua española, 2010, dice: “La norma de escritura de m ante b y p debe aplicarse también a los hipocorísticos que resultan de la unión de los nombres simples que integran un nombre de pila compuesto, con independencia de cómo se escriba cada uno de ellos separado: Juampe y no Juanpe, por Juan Pedro”. Hipocorísticos son las formas cariñosas, Lola, de Dolores, o Juampa, de Juan Pablo.

 

Talón de Aquiles 

FERNANDO ÁVILA
Experto en redacción y creación literaria

Tomado de: El tiempo.com

Citas: “El actor cubano que arrebata tantos suspiros ha sido catalogado como el más sexy” (Elenco), “La conmovedora confesión de la mujer más sexy de Hollywood” (Vanguardia), “La clasificación con las 100 mujeres más sexys del mundo de 2015 sitúa a Michelle Keegan en el primer puesto” (El Espectador).

Comentario: El Diccionario panhispánico de dudas, 2005, registra la voz sexi, como adaptación del inglés sexy, adjetivo que significa ‘persona o cosa que provoca atracción o deseo sexual’, “Entra Marta muy guapa, arreglada, elegante y sexi”. Dice el Panhispánico que también funciona como adjetivo masculino, con el sentido de ‘atractivo sexual’, “Otra que tenía más sexi que tú y más idea”.

Se aclara que el plural es sexis, “Sus patrocinadores las instaron a utilizar pantaloncitos más sexis”, y que tiene como equivalentes atractivo (sexual) o sensualidad, el sustantivo, y provocativo, sensual o seductor, el adjetivo.

La Ortografía de la lengua española, 2010, señala que “es ajena a la ortografía del español la presencia de la -y a final de palabra precedida de consonante”. Por eso, voces inglesas terminadas en i griega, como curry, dandy, derby, panty, penalty, sexy, brandy, ferry, etc., pasan al español con cambio a i latina final, curri, dandi, derbi, panti, penalti, sexi, brandi, ferri. Incluso, propone wiski, en vez de güisqui, como adaptación de la voz inglesa whisky.

Algunas íes griegas internas del inglés, bypass, nylon, lycra, cambian a i latina en español, baipás, nailon, licra.
Las excepciones son contadísimas, pyme, fraybentino, byroniano y un par más.

La Ortografía agrega que los nombres familiares como Cati, Mari, Toni, etc., se escriben en español con i latina final, y no con i griega.

En concordancia con esa norma, el Diccionario de la lengua española, en su edición del 2014, cambia a voz española, con i latina, sexi, la palabra que en la edición del 2001 venía en inglés, en cursiva, sexy.

¿Dónde va, entonces, la y? Esta letra va como consonante (ye) antes de vocal, yacusi, yeso, Mayito, coyote, yute, y como vocal (i), al final de palabra terminada en diptongo decreciente, caray, mamey, estoy, Cocuy. Por supuesto, también en la conjunción y, “Chía y Cajicá”.

Por esa misma exigencia morfológica, la conjunción y se convierte en i en palabras compuestas, calicanto, treintaisiete, ochentaiocho, que vienen de cal y canto, treinta y siete, ochenta y ocho.

También sucede que la i griega final de singulares, ley, rey, convoy, pase a ser consonante de la última sílaba en plurales, leyes, reyes, convoyes.

Sexi

FERNANDO ÁVILA
Experto en redacción y creación literaria

Tomado de: El tiempo.com

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